¡Ah, la modernidad! Ese dulce aroma a progreso que en Aguascalientes huele a baterías de litio y a pavimento fresco recibiendo dentaduras. Desde julio de 2025, nuestro flamante Periódico Oficial del Estado nos bendijo con reformas a la Ley de Movilidad para regular los "Vehículos de Movilidad Personal" (VMP). Porque claro, nada dice "gobierno eficiente" como publicar una ley y luego sentarse a ver cómo la realidad se la pasa por el arco del triunfo mientras la policía vial juega a las escondidas (y van ganando, porque no se ven por ningún lado).
La ley es preciosa, casi poética: los patinetes no deben superar los 25 km/h, tienen prohibido circular por banquetas, zonas peatonales o pasos a desnivel, y —mi parte favorita— los menores de 16 años tienen prohibido tocarlos. Pero en las calles de "la ciudad de la gente buena", la realidad es un episodio de Mario Kart pero sin las bananas divertidas. Tenemos a bendiciones de 12 años volando sobre el carril central y a ejecutivos de pacotilla usando la banqueta como pista de aterrizaje, todo ante la mirada inexistente de una autoridad que brilla por su ausencia.
¿Y qué dice nuestro eficiente Ayuntamiento de Aguascalientes, encabezado por el jardinero más caro de la historia? Pues que no hay prisa. El director de Tránsito, José Luis Rodríguez Montoya, nos consuela diciendo que están "analizando" el reglamento y que, con suerte, la regulación local estará lista para febrero de 2026. ¡Qué eficiencia! Solo nos faltan unos cuantos meses de anarquía total para que decidan si el casco es obligatorio o solo una sugerencia estética. Mientras tanto, la postura oficial es de "cautela". Tan cautelosos son, que parece que la policía vial tiene orden de no molestar a los usuarios de scooters, no sea que vayan a interrumpir su flujo de adrenalina.
Claro que la "cautela" municipal tiene sus costos. Como esa mujer que, en un despliegue de acrobacia no solicitada, cayó desde el paso a desnivel en López Mateos tras perder el control de su scooter. Un aplauso para la infraestructura y la vigilancia, que permitieron que circulara por donde la ley —esa que nadie vigila— prohíbe explícitamente. Pero no se preocupen, el Ayuntamiento ya hizo una intervención... una vez, con un tipo en un paso a desnivel. ¡Uno! Una meda por su arduo trabajo de un arresto por año. Leonardito y su pandilla...
Es fascinante cómo se exige que los scooters tengan frenos de 3.5 m/s², luces blancas, rojas y hasta timbre. Lo que no dice la ley es dónde comprar el detector de policías viales, porque para multar a alguien primero tendrían que aparecer en la calle. El gobierno estatal cumplió con el papel, pero el municipal parece estar esperando a que el problema se solucione solo, quizás mediante la selección natural o que todos los usuarios terminen en el fondo de un paso a desnivel.
En Aguascalientes, la ley de movilidad es como un casco de scooter: se ve muy bien en la foto, pero no sirve de nada si la cabeza (el gobierno) no está en su lugar.
