Somos 'Top 100' del mundo ciclista, una hazaña lograda a pesar de que nadie respeta a los ciclistas. Nuestros 132 kilómetros de "carriles exclusivos", son, en realidad, pistas de prueba para motocicletas y patines eléctricos que practican el rebase ilegal. Y, por supuesto, la Policía Vial brilla por su total y estratégica ausencia, garantizando la emoción de la ruleta rusa en cada pedaleada.
La consultora Copenhagenize nos seleccionó entre las 100 ciudades más "amigables" y "seguras" del mundo para el ciclismo urbano,. ¡Qué ironía! Este reconocimiento, que solo obtienen las urbes que cumplen "satisfactoriamente con características de infraestructura, planificación y promoción", se basa en el supuesto "compromiso político y social" y los "esfuerzos" que se realizan para brindar seguridad a los ciclistas,. Parece que la evaluación ignoró que el término "seguridad" es, en la práctica, un mito local.
Hemos destacado por "impulsar esta modalidad de transporte sustentable", y claro que sí, porque ¿qué mejor impulso que obligar a la gente a ser ninja para evitar ser arrollada por un repartidor motorizado usando el carril destinado a la bicicleta?
El Gobierno del Estado presume la extensión de 132 kilómetros de ciclovías y 87 biciestacionamientos públicos,. Esta infraestructura es fundamental para sostener que el ciclismo es una "opción viable de movilidad urbana diaria".
Además, para mantener viva la farsa del "enfoque en el uso de la bicicleta", la CMOV organiza "rodadas ciclistas cada 15 días". Así, mientras los burócratas prometen seguir trabajando para "consolidar a la entidad como una de las más amigables", el ciclista promedio juega a la gallinita ciega esquivando invasores y esperando que la "planificación" se materialice algún día. ¡Pedalea, campeón, o sé atropellado por la sustentabilidad!
