¡Mexicanos! Respiren hondo... ¡y luego corran a la clínica!
Tenemos el honor de anunciar la no-crisis más manejada en la historia de la salud pública. El Secretario David Kershenobich ha sido enfático: la variante A H3N2 subclado K, que los medios bautizaron dramáticamente como "supergripe", no representa un motivo de preocupación para el país.
Y la prueba de nuestro éxito es irrefutable: solo tuvimos un caso, detectado hace un mes, y el paciente ya está curado y ni siquiera necesitó hospitalización. La famosa “supergripe” se comportó, para alivio de la burocracia, como una "influenza habitual". ¡Un éxito rotundo en la gestión de una amenaza que expiró antes de que la población se diera cuenta!
Pero, ¡cuidado con la calma! Mientras nos aseguran que esto "no representa en este momento ningún problema para el país", la misma voz oficial subraya que la principal característica de la variante es su "mayor capacidad de contagio". Esta es, estimados lectores, la sofisticada lógica gubernamental: es inofensiva, pero se propaga más rápido que un chisme de Palacio Nacional.
Por ello, la orden es sencilla y absolutamente contradictoria: ¡Refuercen la vacunación! Aunque la cepa no es diferente a las ya consideradas en la vacuna disponible y contamos con dosis suficientes de la Mexinvac, producción nacional desde 2024, deben inmunizarse niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas (diabetes, obesidad, etc.). Debemos vacunar para mantener controlada la enfermedad, tal como ocurrió en 2024. ¡Vacunar previene casos graves, no vaya a ser que esta no-preocupación nos obligue a trabajar!
Si usted, valiente ciudadano, cae enfermo con esta variante que "no es un problema", el plan de tratamiento es claro y confuso a la vez: Aíslese y use cubrebocas. Tome el antiviral oseltamivir, cuyo abasto está garantizado. O, si prefiere el camino simple y económico, el tratamiento "sigue siendo sintomático, con paracetamol". Escoja su cura: una medicina de vanguardia o una pastilla genérica. ¡Gracias, Secretaría, por la libertad de elección médica!
¡Nuestra vigilancia epidemiológica está más alerta que nunca para monitorear esta enfermedad que ya nos dijeron que no existe!
