Ciudad de México.- ¡Atención, ciudadanos cansados de la violencia! En una revelación que conmocionaría al mundo si no fuera tristemente predecible, la ONU ha desvelado el secreto para debilitar al crimen organizado: ¡hay que seguir el flujo de dinero!. Sí, esa idea tan novedosa que a nadie se le había ocurrido antes.
Bajo la consigna "Sigue el dinero, detén el crimen organizado," la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas Contra el Delito) (https://www.unodc.org/unodc/es/index.html) convocó una fastuosa sesión de diálogo en la capital mexicana, reuniendo a las mentes más brillantes de las Secretarías (SRE, SSPC) y a una lista impresionante de embajadas (Italia, Japón, Países Bajos, Suecia, etc.). Tanta inteligencia financiera concentrada, sólo para confirmar que la clave para disminuir la capacidad operativa de los criminales es, efectivamente, atacar sus estructuras financieras. Un hallazgo revolucionario.
La ironía es deliciosa: nos recuerdan que si bloqueamos el dinero, se debilita su capacidad, y que esto es esencial para frenar a las redes criminales sin generar más violencia. Maravilloso. Pero, al mismo tiempo, la advertencia de la ONU es clara y constante: si no hay "acción coordinada y decidida," será imposible contener la violencia.
Mientras en el gobierno se exponen "líneas estratégicas" para 2024–2030 y se debate la urgente necesidad de crear conciencia pública sobre el vínculo entre corrupción y crimen organizado —una relación que, según Transparencia Mexicana, ¡sigue alimentando las economías ilícitas!—, el sector financiero, que es tan "clave", lleva meses siendo invitado a detectar operaciones sospechosas.
En resumen, la estrategia es simple: el dinero sostiene el crimen, córtalo. La contradicción es que necesitamos cumbres internacionales, convenciones jurídicas y estrategias de seis años para ejecutar una acción que se admite como esencial, obvia y urgente. Pero no se preocupen, mientras la violencia sigue su curso, al menos el valor de la cooperación multilateral queda "destacado". ¡El narco debe estar temblando ante el poder de nuestras reuniones!
