Ciudad de México.- ¡Buenas noticias para la tranquilidad nacional! El ataque con coche bomba en Coahuayana, Michoacán, que dejó siete heridos y destrozó una docena de vehículos en un radio de 300 metros, no fue terrorismo. ¡Qué alivio! La Fiscalía General de la República (FGR) ha concluido que se trató de un simple caso de "delincuencia organizada", Es decir, utilizar explosivos para atentar contra elementos de la policía comunal es ahora considerado una robusta estrategia de gestión de conflictos, no un acto para infundir terror.
Inicialmente, la misma FGR había abierto una carpeta por terrorismo,. Pero luego, en un acto de magia burocrática digno de Houdini, el delito fue reclasificado.
Ante esta genialidad semántica, la Presidenta Claudia Sheinbaum, confundida por tanta sutileza jurídica, tuvo que alzar la voz para, humildemente, pedirle a la FGR que, por favor, explique la reclasificación. Es fundamental que todos sepamos si para calificar como terrorismo el auto debe volar 300 o 301 metros, o si la diferencia está en si la explosión fue ejecutada por emprendedores organizados o por entusiastas terroristas.
La mandataria subrayó que "es fundamental que se esclarezcan los hechos", porque, claro, cuando un explosivo destroza una comunidad, lo más urgente es la catalogación correcta del expediente, ¡no vaya a ser que se confunda una balacera común con una explosión! Se está revisando si la camioneta negra cruzó el puente desde Colima a las 8:30 a.m., demostrando que la delincuencia organizada es, al menos, muy puntual y bien organizada. Esperemos que mañana haya "más información" para que todo el mundo sepa qué tipo exacto de violencia sofisticada nos está destrozando. Esclarecer responsabilidades es vital, pero primero, ¡la clasificación correcta!.