Amigos del asfalto y navegantes de cráteres, agarren sus cascos. La Secretaría de Obras Públicas, en un acto de heroísmo burocrático, está "reforzando" sus labores diarias de bacheo. ¡Qué alivio! Esto, nos dicen, es para mejorar las vialidades y ofrecer una movilidad más segura para todos.
La magnitud de su proeza es impresionante: han atendido puntos clave como el Barrio de la Salud, Villas de la Cantera, Paseos de San Antonio y varias calles de la Zona Centro. ¡Se han cubierto casi 8 de las, que sabemos, 208 colonias y códigos postales que deben existir. A este ritmo, para el 2050 tendremos la ciudad perfecta.
Mientras tanto, en el mundo real, a la Administración le faltan miles de baches por tapar. De hecho, algunos de esos cráteres ya están tan maduros que sus habitantes subterráneos están organizando la fiesta: pronto cumplen su primer año de existencia y ya les van a hacer su pastel y cantarles las "Mañanitas" al borde del colapso vial. Y sí, nadie hace nada. Pero la Secretaría de Obras "reafirma el compromiso de seguir atendiendo las necesidades de infraestructura vial", por lo que debemos estar tranquilos.
La contradicción es deliciosa: tenemos la tecnología de los teléfonos inteligentes, pero no una simple aplicación que geolocalice cada bache y genere un censo exacto. ¿El número total de baches? Es un secreto de estado. Si la autoridad no sabe cuántos son, ¿cómo espera la ciudadanía no tropezar con ellos?
Ante la insuficiencia de este "refuerzo" diario, y dado que nos piden "apoyo y comprensión" ante los "cierres parciales", sugerimos la solución que la eficiencia gubernamental nos obliga a implementar: la iniciativa "Adopta un Bache".
Asignemos un código postal a cada uno, pongámosle nombre y dejemos que cada ciudadano sea responsable de rellenar a su propio ahijado asfáltico. Así, al menos, la movilidad será gestionada por la verdadera fuerza de trabajo: el pueblo, mientras las cuadrillas siguen enfocándose en las mismas seis ubicaciones estratégicas. ¡Bravo por el compromiso!.
