En medio de la peor crisis de contenidos y credibilidad que vive la televisión abierta mexicana, es paradójico que se celebre un reconocimiento a un esfuerzo aislado de la televisión pública.
Recientemente, el programa "POV Adolescente", realizado por Radio y Televisión de Aguascalientes (RyTA) en colaboración con el Sipinna estatal, fue destacado como una de las “10 Mejores Prácticas Estatales y Municipales 2025” por promover valores y derechos de los adolescentes. Este logro, aunque notablemente positivo, llega en un momento donde el derrumbe de las audiencias es peor que nunca para los medios tradicionales, llegando penosamente a destiempo.
El Desplome Irreversible: La Televisión contra la Realidad Digital
La televisión en México está en un "tobogán al abismo". Las estadísticas muestran una trayectoria de caída en el consumo de la televisión abierta, mientras que el acceso y consumo de contenidos audiovisuales por internet continúa su trayectoria ascendente y supera récords.
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) 2024 del IFT:
- El alcance disminuye: El 74% de las personas encuestadas ve televisión abierta, lo que representa una caída de un punto porcentual respecto a 2023.
- El tiempo dedicado se reduce: Los mexicanos dedican en promedio 2.3 horas diarias a la TV abierta, mientras que el consumo de contenidos por internet alcanza las 3 horas diarias.
- La juventud se fue: Entre las audiencias de menor edad, lidera la preferencia por el consumo de contenidos por internet. Las audiencias jóvenes ya se perdieron, y las televisoras tienen mayormente una audiencia de más de 40 años. Por ejemplo, el uso de TikTok para informarse subió al 18%.
En este contexto de migración masiva, celebrar una "mejor práctica" en el ámbito televisivo tradicional se siente como decorar la cubierta de un barco que ya está naufragando.
La Competencia Ridícula con un Gigante en Ruinas
La crítica se agrava porque la televisión pública a menudo intenta emular un modelo de negocio que, además de obsoleto, está basado en contenidos de baja calidad y ha generado una crisis de credibilidad masiva.
- Las grandes cadenas comerciales (Televisa y TV Azteca) afrontan su peor ciclo financiero y de credibilidad, con escándalos de extorsión, sobornos (FIFAgate) y violencia de género en sus reality shows.
- Su modelo de negocio se basa en la publicidad y contenidos que "no tienen demasiada calidad".
¿Por qué la televisión pública querría competir en este terreno? El presidente de la AMEDI, Jorge Enrique Bravo, señala que la debacle de las grandes televisoras irá en progreso si se niegan a convertirse en plataformas. Intentar competir con ellas en términos de rating es una batalla perdida y costosa, especialmente cuando los presupuestos publicitarios se desplazan hacia lo digital, el cual superó a la televisión en 2022 (46.9% digital vs. 30.4% televisión).
El reconocimiento a un programa que promueve valores es una luz, pero el reto fundamental que enfrenta la TV abierta es ver cómo hacer frente a esta trayectoria digital que “no parece tener freno ni reversa”. Un pequeño éxito en un formato tradicional no disimula la falta de una estrategia sistémica para adaptarse al dominio del video corto, el streaming y el contenido en redes sociales.
Conclusión: Urge Adaptación, No Aplaudo Tarde
Mientras la televisión comercial se aferra a un modelo publicitario laxo y contenido cuestionable, la televisión pública no puede darse el lujo de llegar tarde a la revolución digital. La verdadera innovación no es solo hacer un contenido de valor —como el programa reconocido de RyTA que busca darle voz a los adolescentes—, sino garantizar que ese contenido llegue a donde están esas audiencias: en Internet, en plataformas de streaming y en redes sociales.
El verdadero reconocimiento para la televisión pública llegará cuando logre democratizar el conocimiento público y la información de calidad, no mediante una competencia estéril con los gigantes comerciales que también se están desmoronando, sino adoptando la eficiencia y segmentación del entorno digital. De lo contrario, estos premios serán solo ecos distantes de una época pasada.
