El reciente anuncio del cierre de la Cooperation Manufacturing Plant Aguascalientes (COMPAS) el próximo 31 de mayo de 2026 no es solo una noticia económica desalentadora; es una evidencia irrefutable de la incapacidad y la falta de visión estratégica del gobierno del estado de Aguascalientes para proteger su pilar económico fundamental.
COMPAS, considerada "una de las plantas automotrices más relevantes del estado", cuya industria ha sido un "pilar económico" de la entidad, cerrará sus puertas y pondrá fin a la producción de vehículos de lujo como el Mercedes-Benz GLB y los modelos Infiniti. La pregunta que la ciudadanía debe exigir al gobierno estatal es: ¿Por qué este colapso no fue visto o prevenido?
Ceguera ante la Transformación Global
La principal justificación ofrecida por el comité de dirección de COMPAS para su cierre radica en los "cambios en la dinámica del mercado automotriz y en las preferencias de los consumidores", así como en la "creciente transición hacia la electrificación". Estos no son eventos sísmicos inesperados; son tendencias globales conocidas y discutidas en foros económicos internacionales durante años.
El hecho de que una planta dedicada a la producción de autos de lujo decida cerrar operaciones debido a la incapacidad de adaptarse a estos retos, refleja que las autoridades estatales vivieron en una burbuja de optimismo, fallando rotundamente en la elaboración de estrategias de mitigación o planes de diversificación económica. La negligencia estratégica del gobierno es inaceptable ante un factor de riesgo tan evidente y conocido como la transición global hacia la electrificación.
El Costo Social de la Falta de Previsión
Más allá de la pérdida de una inversión que prometió ser monumental —con una proyección inicial de 3,600 empleos directos y una producción anual de más de 230 mil vehículos—, el verdadero impacto de esta falta de previsión recae en las familias. Cerca de 800 trabajadores se verán directamente afectados por este cierre.
¿Qué hizo el gobierno de Aguascalientes para anticipar la inevitable presión del mercado automotriz global? La dramática diferencia entre los empleos prometidos (3,600) y los empleos afectados (800) al momento del cierre subraya que la planta nunca logró alcanzar su potencial, y el gobierno estatal no pudo sostener ni impulsar el desarrollo que tanto se promocionó en 2017.
El fin de COMPAS es un llamado de atención brutal que expone la fragilidad de la planeación económica en Aguascalientes. Se exige transparencia total y rendición de cuentas sobre por qué se permitió que este "pilar económico" colapsara sin que la administración estatal pudiera verlo venir. La ciudadanía merece saber qué medidas de contingencia se activarán para los cientos de familias que ahora enfrentan la incertidumbre laboral.